martes, 17 de agosto de 2010

El poeta ateo

El sol golpea su rostro
y se da cuenta que dios ya no existe,
el cielo tan abierto
y los pajaros en la ventana.

Lleno de preguntas,
la verdad susurra tu mente
las flores ya no gritan ausencia
las calles son solo portezuelas decorativas.

¿donde hay que entrar?
la luz solar rodea las casas,
y la gente aun sige creyendo en los cuentos de hadas.

Sale de su casa
y recuerda que el ya no existe,
la monotonia lo borro,
sujeto a cadenas,
mas no perdido por alguna deidad.

La gente perdida,
los econtrados,
y los que nunca tratamos de buscar,
todos ellos revueltos en un mundo
que si no bien sale el sol para todos,
pero sabemos que el sol siempre estara ahi,
el se sienta en las piernas de un arbol,
toma un refresco y despega su mente hacia nuevas creaciones.

HB